viernes, 16 de octubre de 2009

Claudia López, “Reflexiones sobre un escándalo”: Su despedida dEl Tiempo. ..... Su respuesta ...

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"La firma" despedida ....
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SU RESPUESTA
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Octubre 15 de 2009

Apreciado Roberto,

Con enorme sorpresa me notifiqué por el periódico de tu decisión de despedirme por las opiniones expresadas en mi columna “Reflexiones sobre un escándalo”.

Tener conflicto de interés no constituye un delito ni una falta a la ética o a la honra. En un hecho derivado de circunstancias en las cuales surgen intereses contrapuestos, aunque legítimos.

En el caso de El Tiempo es un hecho derivado de la transformación y mixtura de vocaciones de los socios del periódico. Lo importante es no desconocer la existencia del conflicto y tener reglas adecuadas y transparentes para resolverlo.

Señalé en mi columna un caso específico, aunque no aislado, que quedó sin respuesta por parte del periódico:

1. ¿Con qué criterio periodístico escoge El Tiempo consultar a sus lectores si Andrés Felipe Arias debería renunciar a su candidatura presidencial por el escándalo de Agro Ingreso Seguro, y no pregunta si Juan Manuel Santos debería renunciar a la suya por los falsos positivos?
2. ¿Qué fuente les confirmó que Juan Manuel Santos es el candidato
presidencial del partido de la U?
3. ¿Qué fuentes y argumentos los llevaron a declarar como único “ganador neto” del escándalo Agro Ingreso Seguro a Juan Manuel Santos?

Ten la certeza que no soy la única lectora de El Tiempo que tiene preocupaciones fundadas sobre el manejo de los conflictos de interés del periódico. No manifesté esa preocupación por suspicacia exagerada ni por mala intención, sino por genuino aprecio y porque nunca dudé que ese debate también podía darse en las páginas del periódico.

Lo hice en el mismo tono y estilo que han caracterizado todas mis columnas, con el convencimiento de que la que se refería a mi casa editorial no tenía por qué ser la excepción.

Contribuir a conservar el periodismo profesional, riguroso, equilibrado y preciso de El Tiempo fue mi intención con esa columna, y sigue siendo mi decisión, también firme e irrevocable.

Te reitero toda mi gratitud y aprecio.

Fuerte abrazo,
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Claudia López
Ex columnista de El Tiempo.
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Agradecemos a Henry Posada, de "Tintos y Tintas", cronopio75@hotmail.com , el envío del documento.
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"LOS MOTIVOS ..."
Reflexiones sobre un escándalo
Claudia López
eltiempo.com / opinión / columnistas Octubre 13, 2009
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/claudialpez/reflexiones-sobre-un-escandalo_6334551-1

Se preguntaba Rudolf Hommes en su columna de la semana pasada por qué unos temas se vuelven escándalos y otros no. Sugería que se requiere que el grueso del público tome conciencia y que haya un instigador. El cubrimiento que EL TIEMPO le dio al escándalo de Agro Ingreso Seguro (AIS) ofrece una oportunidad para reflexionar al respecto.

A diferencia de los demás medios escritos, EL TIEMPO no profundizó sobre el programa AIS sino sobre los efectos políticos del escándalo. Tomar ese ángulo era una decisión periodística válida dado que sus socios de la revista Cambio ya habían hecho el resto del trabajo. Sin embargo, más que un cubrimiento, lo que hizo EL TIEMPO fue una fabricación inducida para apoyar su interpretación deseada de los efectos políticos del escándalo.

La fabricación sesgada empezó con una pregunta en un foro en el tiempo.com, siguió con una nota que destacaba lo dicho por los foristas y concluyó con un supuesto artículo de análisis. En el foro se indagó a los foristas si creían que Arias debía renunciar por el escándalo de AIS. No sobra recordar que a EL TIEMPO nunca se le ocurrió preguntarles a sus foristas si Juan Manuel Santos debía renunciar por el escándalo de los 'falsos positivos'. En el caso de Arias sí se le ocurrió. Culminado el foro, publicaron una nota titulada 'Indignación y rechazo genera Andrés F. Arias por caso de Agro Ingreso entre lectores de eltiempo.com', en la que destacaban que "la mayoría de usuarios le pide al ex ministro que renuncie a su precandidatura" y que "hubo muy pocos que defendieron a Arias". Luego del foro inducido y la nota destacada, remataron con un artículo cuyo título sentenciaba: 'Andrés Felipe Arias sale debilitado y Juan Manuel Santos logra ventaja en medio del escándalo de AIS'.

Es obvio que Arias sale debilitado, pero no es nada obvio que la consecuencia sea que Santos "logra ventaja". EL TIEMPO asegura que el traspié de Arias "llevó a Juan Manuel Santos a convertirse en un ganador neto esta semana". ¿De dónde saca EL TIEMPO que el espacio perdido por Arias fue ganado por Santos? ¿Hicieron una encuesta? No, pero a falta de encuesta el periódico usó su foro para lanzar la pregunta, inducir la respuesta y construir de allí sus conclusiones.

Aunque Arias no está compitiendo con Santos, sino con Noemí dentro de la consulta conservadora, el supuesto análisis ni siquiera menciona que una de las posibles ganadoras del desliz de Arias es Noemí. Además, el análisis se inventa un hecho para reforzar su argumento. Afirma que una de las razones por las cuales el fortalecido es Santos es que "los conservadores, además, tienen que someterse a una consulta interna para buscar su candidato, mientras 'la U' ya lo tiene: Santos". 'La U' no ha escogido candidato presidencial. Lo único que le han ofrecido a Santos en la U es la jefatura del partido, no la candidatura presidencial. 'La U' es el promotor del referendo reeleccionista y si es aprobado es de esperarse que sea Uribe, no Santos, el candidato presidencial de 'la U'. Supongo que esos hechos dañaban el "enfoque del análisis" y por eso fueron desechados.

"No será fácil que Noemí merezca el respaldo de Uribe, después de que ella lo ha acusado de 'comprar' el referendo y amenazado con 'derrotarlo' en las urnas." Esta frase, casi transcrita de declaraciones de Santos, trata de presentar como periodística la versión de Santos de que él, a diferencia de Noemí, no es un traidor ni quiere derrotar a Uribe. Cualquiera que conozca medianamente la carrera de Santos sabe que cambiar de bando ha sido la constante de su ascenso político, al igual que de Noemí, y cualquiera entiende que ambos quieren suceder a Uribe; sólo que Santos quiere hacerlo sin que parezca una traición, agrego yo.

La calidad periodística de EL TIEMPO está cada vez más comprometida por el creciente conflicto de interés entre sus propósitos comerciales (ganarse el tercer canal) y políticos (cubrir al Gobierno que otorga el canal y a su socio en campaña) y sus deberes periodísticos. Este tipo de cubrimientos sesgados en nada contribuyen a resolver periodísticamente ese conflicto; lo único que logran es evidenciarlo.

N. de la D.: EL TIEMPO rechaza por falsas, malintencionadas y calumniosas las afirmaciones de Claudia López. La Dirección de este diario entiende su descalificación de nuestro trabajo periodístico como una carta de renuncia, que acepta de manera inmediata.


Claudia López
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Siguen 1662 comentarios a Oct. 14, 2009
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Razones de una decisión

eltiempo.com / opinión / editoriales EDITORIAL Octubre 14, 2009. Impreso Oct 15, 2009
http://www.eltiempo.com/opinion/forolectores/razones-de-una-decision_6342887-1

Una decisión dolorosa, pero al mismo tiempo firme e irrevocable, fue la tomada por la dirección de EL TIEMPO con respecto al retiro de las páginas de opinión de la columnista Claudia López, quien había colaborado con este diario desde hacía cerca de 30 meses. Sobre lo sucedido es necesario hacer varias reflexiones y consideraciones, pues es indispensable que el público comprenda los motivos de una determinación drástica, que está, en nuestro entender, plenamente justificada. Haber respondido con el silencio, o una imposible actitud flexible, equivaldría a aceptar como verdaderas, afirmaciones que son a la vez mentirosas y temerarias.

Para comenzar, es necesario decir que cualquier lector, sea columnista o no, está en su pleno derecho de compartir, rechazar o criticar el cubrimiento informativo que hace EL TIEMPO de la realidad colombiana o internacional. La divulgación de las cartas y comentarios del público, tanto en la edición impresa como en las páginas de Internet, es prueba de ello. Pero esa potestad no puede confundirse, en el caso de los colaboradores del periódico, con una patente de corso para poner en tela de juicio los principios éticos y la honorabilidad de los periodistas que trabajan en este diario. Para decirlo con toda claridad, en este matutino no se "fabrican" o "inducen" noticias, ni se condiciona el cubrimiento de las mismas a intereses políticos o económicos.

En el caso concreto del escándalo relacionado con el programa Agro, Ingreso Seguro, destapado por la revista Cambio -propiedad de esta Casa Editorial-, el periódico ha hecho un seguimiento en profundidad, que comprende no menos de 45 escritos sobre el tema, incluyendo un editorial publicado el pasado 2 de octubre. En este, EL TIEMPO expresó su preocupación por lo sucedido y exigió claridad sobre unos hechos que cada vez más dejan en claro un preocupante entramado de corrupción y favoritismos.

Por otra parte, sabemos que el protagonismo público de algunos miembros de la familia Santos -accionistas minoritarios de la Casa Editorial EL TIEMPO- o los intereses legítimos que sobre el tercer canal de televisión tiene el socio mayoritario -el Grupo Planeta- son utilizados para construir absurdas interpretaciones sobre las noticias que publicamos. Algunas son fruto de las suspicacias exageradas, tan propias de la idiosincrasia nacional. Otras son producto de malas intenciones y de intereses empeñados en hacer daño. Pero el mandato inequívoco que tienen nuestros reporteros y redactores es el de siempre: subordinar todas las consideraciones a los principios esenciales del periodismo profesional, riguroso, equilibrado y preciso.

De tal manera, una cosa es el derecho a la libertad de expresión, que EL TIEMPO ha respetado y defendido en forma indeclinable a lo largo de sus casi 100 años de existencia, y otra es el deber de sus columnistas de abstenerse de hacer acusaciones o descalificaciones sin fundamento. Como otros diarios nacionales, este ha sido víctima de presiones, amenazas, censura e incluso el cierre durante las épocas aciagas de la dictadura. Pero pocas veces en su historia se nos había hecho un cuestionamiento moral de semejante envergadura. Como el mismo es absolutamente mentiroso y agraviante, hicimos lo que consideramos apropiado: publicar el escrito, pero con la convicción de que las afirmaciones contenidas en este constituían un rompimiento irreparable entre medio y columnista.

Superado el enojoso episodio, podemos decir que los lectores de EL TIEMPO seguirán encontrando en estas páginas las características y valores con los que se ha ganado su aprecio y credibilidad. Son estos, los de pluralismo, seriedad y profesionalismo, los que lo convirtieron en el primer diario de Colombia y en uno de los principales de América Latina. Los mismos, además, que han sido un aporte para la consolidación de la democracia y para combatir tanto las posiciones sectarias de cualquier bando, como los abusos de poder.
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SOLIDARIDAD ...
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DE LOS PRIMEROS EN MANIFESTARSE PÚBLICAMENTE, si no los primeros ....
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PLANETAZO Caricatura Por Betto 13 Oct 2009 - 11:07 pm El Espectador (impreso Oct. 14)
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CENSURA, Caricatura por BACTERIA . EL espectador .com Oct. 13, 09 http://www.elespectador.com/imagen-censura impreso Oct. 14
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¿‘El Tiempo’ se desnuda?
Por: Cecilia Orozco Tascón

EL ESPECTADR Opinión 13 Oct 2009 - 11:25 pm (impreso Oct. 14)
http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/cecilia-orozco-tascon/columna166523-el-tiempo-se-desnuda

QUISIERA CREER QUE LA EXPULSIÓN pública de la destacada columnista Claudia López, de El Tiempo, fue sólo un acto acalorado de soberbia y no uno típico de censura de la opinión.

La gravedad de la decisión de echar a López (a nadie engañan con el cuento de que el desacuerdo con un trabajo periodístico del medio donde uno escribe equivale a una “renuncia”), es más preocupante porque el ejecutor de la represión es el diario que preside, en cabeza de uno de sus socios, la Sociedad Interamericana de Prensa, encargada de vigilar que se cumpla el derecho a la libre expresión en el continente. Se podrá reparar en que el tema que tocó la analista, a saber, el cubrimiento de una información que favorecía los intereses políticos de Juan Manuel Santos, otro de los socios de El Tiempo, y los intereses económicos del grupo Planeta, nuevo dueño mayoritario del conglomerado, era demasiado sensible.

Pequeña anécdota de contraposición: cuando por honrosa designación del periódico me desempeñé como Defensora del Lector, sostuve un fuerte debate público con Santos. Entonces me referí a lo que juzgué como una influencia perniciosa del ahora candidato presidencial en el contenido informativo del diario. En el fondo, era un comentario similar al de López, aunque en diferentes circunstancias. Envié mi escrito al periódico, pero me hice la siguiente reflexión: si no lo publican, tendré que retirarme; si lo publican, también, por ser mi contradictor quien era. Al otro día mi comentario salió intacto. Fui donde los dos directores —Rafael y Enrique Santos— y renuncié para evitarles el lío que iban a tener con su primo y hermano. Para mi sorpresa, ambos estuvieron de acuerdo en apoyar mi continuidad y seguí siendo la Defensora sin ninguna consecuencia.

La situación ha cambiado y su director actual está en una disyuntiva muy difícil entre su importante posición profesional y su conciencia. No entraré en ese terreno tan personal, pero sí reitero que al diario se le critica, no tanto el cruce de sus intereses con los de Juan Manuel Santos, que sería fácil de solucionar, sino el conflicto entre los de Planeta —entre otros, su aspiración a que el Gobierno le adjudique un canal de televisión— y su obligación constitucional de informar verazmente a los colombianos. Para mayor lástima, la intolerancia ha tenido ya algunas manifestaciones y la echada de López es sólo la más notoria. Hace un par de meses, por ejemplo, un comentario de María Jimena Duzán, en Semana, parecido al de López, mereció una fea descalificación pública de El Tiempo. En contraste, el periódico adopta una actitud de complacencia, casi rayana en la irresponsabilidad, con los columnistas de la orilla ideológica afín al Gobierno y a Planeta. No sé si será mera coincidencia la inclusión privilegiada en las páginas de las que hoy se expulsa a Claudia López, del ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria, simultánea con la toma de control del diario por el grupo español. Tampoco sé si la casualidad llega hasta el punto de que se hiciera realidad el deseo de JOG, quien “opinó” hace poco que era mejor poner en el lugar de Claudia López a un desconocido comentarista de la línea uribista. En próximos días nos enteraremos si esta parte de su voluntad también se cumple. No le falta razón a Rudolf Hommes, otro valioso columnista de ese diario, cuando aludiendo a la expulsión de López, habló de una “provocación” para quienes allí escriben. Tal vez el desnudo de El Tiempo, como muestra de la conducta antidemocrática imperante, sea lo único bueno que tiene esta enorme equivocación.

Cecilia Orozco Tascón
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OTROS
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From: Henry Posada. cronopio75@hotmail.com
To: observatorio@moe.org.co
Subject: Canallas.
Date: Tue, 13 Oct 2009 12:11:08 -0500
Claudia, es infame lo que acaba de hacer El Tiempo, aquí estamos contigo, un abrazo y quiero decirte que me encantaría que pudieras estar en mi programa tintos y tintas de la U.N.radio 98.5 FM,
un abrazo, Henry Posada.
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Publicado 10/16/2009
La respuesta de Claudia López
Esta es la carta de respuesta de la periodista Claudia López a su despedida "en caliente" (¿persecución periodística en caliente?) de las páginas editoriales de El Tiempo como hace unas semanas lo había pedido José Obdulio Gaviria (sí, el mismo que en vez de escribir ¡qué va! escribe en su última columna: ¡qué bah!, menos mal en El Tiempo no echan a nadie por escribir mal). Claudia López ha pedido que sea divulgada. Entonces, aprovechemos la posibilidad democrática que es el internet para hacerlo. La echaron en el mejor estilo uribista de tratar a los periodistas críticos como peones a destajo, pero sus incómodos cuestionamientos siguen sin ser respondidos.
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CARTA DE ANABEL TORRES
De Anabel Torres arboldepapel@yahoo.com
Para NTC ntcgra@gmail.com
Fecha, Barcelona, 16 de octubre de 2009, 14:13

Bueno, lo de Claudia es muy grave, y si tuviera tiempo escribiría alguna corta reflexión. Este incidente me trae a la memoria desmemoriada, la defensa de la libertad de prensa y de expresión que hicieron las mujeres de la generación de los años veinte. Ofelia Uribe de Acosta había fundado en Bogotá su periódico VERDAD, en 1954, creo, pero pudo ser en el 55, para aprovechar el hecho de que un acto legislativo de 1954, emitido por el General Rojas Pinilla, otorgó el voto a la mujer colombiana (y no es una excepción; Colombia no ha sido la única dictadura en otorgar el voto a las mujeres cuando casualmente no puede votar nadie). Como decía la misma Ofelia, los liberales trataron de fagocitar el hecho de que Rojas Pinilla dio el voto a la mujer, aduciendo que las mujeres habíamos votado luego en el referendo del 1957, celebrando el retorno de la democracia, para que pudiéramos votar, ¡un sinsentido completo!)

El periódico VERDAD era un semanario escrito y editado por mujeres, y que fue saboteado fulminantemente tanto por los partidos del momento como por los dios diarios de mayor circulación de la época. Cuando el semanario llevaba más de 20 números lanzados, sacó en portada fotos de la manifestación que hizo un grupo de mujeres PARA PROTESTAR POR EL CIERRE DEL PERIÓDICO EL TIEMPO. Ipso facto un militar amigo llamó a Ofelia a decirle que cerrara el chuzo y que cerrara el pico, que iban a allanarla. Mensaje más efectivo y prudente que la forma grosera y estúpida en que El Tiempo ha intentado ahora cerrarle el pico a Claudia, ¡siguiendo su misma grandiosa tradición de hace 50 años! Lo más paradójico, y también lo más reconfortante porque nos reconcilia con el coraje de la raza humana, toda, es que El Tiempo se habia caracterizado por atacar sin tregua a las mujeres de VERDAD, y además llevaba décadas advirtiendo contra la hecatombe que resultaría si se le otorgaba el voto a la mujer, entre tantas otras majaderías de la época, que comienzan a parecerse más y más a las de la época actual.

En fin, que si tuviera tiempo escribiría esta reflexión, pero como no tengo tiempo, rehuso aceptar cualquier error de sintaxis que pueda contener. El contenido de la nota sí se los puedo documentar, aunque yo estoy escribiendo de memoria y puedo haber citado algo mal o dejado de citar algo (el número del acto legislativo por ejemplo).

Creo que las mujeres debemos rodear a la periodista Claudia López, aunque la cacareada 'cuestión de género' no le interese lo más mínimo a dicha periodista ni al público lector. Las mujeres tenemos que defender la democracia porque solo siendo libres, ¡somos!
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*** No olvidar que en el PARACIO PRESIDENCIAL (CASA DE NARI) ondean las banderas de EL TIEMPO y la de PLANETA (ésta tapa un bastante a áquella ...) , ver: http://www.semana.com/noticias-vladdo/vladdo/129880.aspx
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De Fernando Jaramillo ferjaramillo@hotmail.com , http://memorabiliaggm.blogspot.com/
Para Gabriel Ruiz ntcgra@gmail.com Fecha 16 de octubre de 2009 09:10
Asunto RE: . Claudia López, “Reflexiones sobre un escándalo”: Su despedida dEl Tiempo. ..... Su respuesta ...
G de N: Y ahora sube al blog la columna de Fabio Martinez de hoy en El Pais.
F de M.
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Con mucho gusto lo hacemos, copiándola del periódico ...
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Emboscada de opinión
Martillo. Por: Diego Martínez Lloreda
EL PAÍS, Cali, Octubre 16 de 2009
http://www.elpais.com.co/historico/oct162009/OPN/opi1.html

Imagine que usted invita a comer a su casa a una persona y llega y le dice que los muebles de la sala no salen con las cortinas, que la cocina huele feo, que su mujer se viste como una ‘cuchibarbi’ y que su mamá tiene más bozo que Bienvenido Granda.

Guardando las proporciones, eso fue lo que le ocurrió a El Tiempo con Claudia López, quien por espacio de 30 meses tuvo una columna en ese periódico y en pago por los favores recibidos arremetió, en ese espacio, contra quienes se lo habían otorgado. López, una intelectualoide bogotana que se siente dueña de la verdad y, padece un antiuribismo obsesivo, entre otras patologías, sindicó al diario en el que fungía de columnista de haber manejado la información sobre el escándalo de Agro Ingreso Seguro para favorecer a Juan Manuel Santos. Y de paso cuestionó la calidad de ese periódico por el “conflicto de intereses” que tiene por el hecho de que su accionista mayoritario aspira a ganar la licitación del tercer canal de televisión. La dirección del diario publicó la columna, pero con una nota al pie en la que manifestó que entendía “la descalificación de nuestro trabajo periodístico como una carta de renuncia, que acepta de manera inmediata”.

Me temo que la que tenía un conflicto de intereses era la señora López porque uno no puede escribir en un diario que considera sesgado, amañado y de calidad periodística dudosa.

Ella, tan dada a dar lecciones de ética, debió haber renunciado a su columna y buscar un espacio para escribir en el que se sintiera más cómoda. Pero, en lugar de ello, perpetró esa columna, que tenía por propósito único que la sacaran, para convertirse en una mártir de la libertad de prensa. Infortunadamente, el director de El Tiempo se dejó llevar por la arrogancia y optó por ‘renunciar’ públicamente a la columnista. Mejor dicho, hizo exactamente lo que ella buscaba.

Pero la verdad es que ninguna medida que hubiera tomado El Tiempo le hubiera permitido salir bien librado de esta celada. ‘Colgarle’ la columna hubiera hecho aún más víctima a la señora López. Y no hacer nada, en aras de la libertad de prensa, equivaldría a que el anfitrión del comienzo de esta historia se muriera de la risa ante las agresiones del invitado mal educado.

Claudia López debe estar convencida de que se salió con la suya con la emboscada que le tendió al periódico que le abrió sus páginas. Sobre todo tras la cantidad de mensajes que llegaron a la página web del rotativo rechazando su salida y sindicando de enemigas de la libertad de prensa a las directivas del periódico. Pero este asunto más que con la libertad de prensa tiene que ver con el decoro, la lealtad y la decencia, que son valores humanos que no están consagrados en la Constitución, pero que, en mi sentir, están por encima de cualquier garantía constitucional.

La señora López cometió el peor pecado en el que puede incurrir un columnista: creerse más importante que el medio para el que escribe. Y así esté convencida de que fue la gran ganadora con el embrollo que formó, a la larga será la peor derrotada. Porque dentro de un mes nadie se acordará de ella y El Tiempo seguirá ahí. Y, después de como se comportó en esa casa, puede estar segura de que a ninguna casa decente la van a invitar.
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Periodismo y política
Por: Mauricio García Villegas
EL Espectador .com Opinión 16 Oct 2009 - 11:51 pm . Impreso Oct. 17 , 2009
http://www.elespectador.com/columna167168-periodismo-y-politica

LA EXPULSIÓN DE CLAUDIA LÓPEZ de El Tiempo ha desencadenado un debate interesante sobre la relación entre columnistas, diarios y lectores.

Empiezo por decir que no me voy a meter en el asunto de si el periódico tenía o no derecho de expulsar a la columnista. Es un tema difícil, que merece un desarrollo más amplio. Lo que quiero decir es que, incluso si, en gracia de discusión, se reconoce que las directivas de El Tiempo tenían ese derecho, me parece que en este caso, con la expulsión de Claudia López, no salieron bien libradas.

A Claudia López la expulsaron por cuestionar la actitud periodística de esas directivas y no, como dicen ellas en su editorial del 14 de octubre, por haber dicho mentiras. No hay información falsa en la columna de López; sólo hay una interpretación de los hechos, que es lo que hacen los columnistas.

Más aún, la crítica de Claudia recoge el sentimiento, compartido por miles de lectores, de que el periódico no ha manejado bien el asunto de la participación de los miembros de la familia Santos en el Gobierno. Es cierto que esa participación representa un dilema complicado para el periódico ¿Qué hacer cuando uno de los socios se lanza de candidato presidencial? ¿Cómo asegurar a los lectores que eso no echará por el suelo la objetividad del periódico para informar? Sin duda esto representa una coyuntura complicada: de un lado, parecería excesivo pedirles a los demás familiares del candidato que se retiren temporalmente del periódico pero, del otro lado, la simple manifestación editorial de que el periódico seguirá siendo objetivo no parece una garantía suficiente para los lectores.

De ahí la sensación de que, en la coyuntura actual, el periódico prefiere proteger sus intereses económicos, políticos y familiares, antes que asumir sus responsabilidades informativas. Esas sospechas no sólo están bien expuestas en los hechos que relata Claudia López en su columna, sino en dos circunstancias adicionales. La primera es que en El Tiempo hay una larga tradición editorial de apego al poder y de defensa de los gobiernos de turno. Para nadie es un secreto que las directivas del periódico —no necesariamente sus columnistas— suelen concebir “la consolidación de la democracia” como una defensa casi incondicional del gobierno. Lo segundo es la compra del periódico por parte del Grupo Planeta, ligado a la derecha española y el conflicto de intereses derivado de la competencia por el tercer canal.

Las directivas de El Tiempo deberían entender que no sólo Claudia López, sino miles de sus lectores, tienen esas sospechas y que la mejor manera de enfrentarlas es dando pruebas de independencia periodística. La expulsión de Claudia López hace justamente lo contrario de lo que todo buen lector espera, es decir, tiende a confirmar esas sospechas.

Termino transcribiendo una parte del editorial de El Tiempo del 20 de julio de 2006, 25 años después de la muerte de Lucas Caballero (Klim), quizás el columnista más influyente de la época de la Guerra Fría en Colombia: “La pérdida de su columnista estrella le enseñó a este diario que los periodistas no deben dejarse llevar a la condición de cogobernantes. Pueden ser interlocutores del poder, pero no les corresponde solucionar situaciones que escapan a su órbita o que los obligarían a actuar contra los principios de independencia de la prensa, que son pilar de la democracia. El Tiempo pagó con su credibilidad tan equívoca decisión y hasta hoy sigue lamentando la ausencia de Klim de sus páginas editoriales”.

* Profesor de la Universidad Nacional e investigador de DeJuSticia

Mauricio García Villegas
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Tiempos aciagos
La otra orilla. Por: Cecilia Orozco Tascón
Octubre 17 de 2009 http://www.elpais.com.co/historico/oct172009/OPN/opi1.html

Siempre se ha dicho que no hay peor cuña que la del mismo palo. ¿Quién se iba a imaginar que la censura de opinión, provocada por el clima autoritario creado por el régimen vigente, iba a empezar en la propia prensa? Por supuesto que en estas alturas de mi larga experiencia profesional pocas cosas pueden sorprenderme. Menos todavía con respecto de la conducta de muchos medios de comunicación -por fortuna, no todos- veleidosos en su comportamiento ético y en la defensa de los principios cuando se les interponen el poder político, las amistades y los negocios. De todas maneras, y como la esperanza es lo último que se pierde, tuve la ilusión de que reinara entre nosotros el juramento de lealtad a la independencia y la verdad, pese a las presiones que se ejercen sobre propietarios y directores para que sesguen u omitan informaciones o para que salgan de los columnistas molestos y en su lugar pongan a otros más sumisos.

El brutal despido público de la analista Claudia López con que El Tiempo la castigó sin darle siquiera un cortés aviso previo, no ha sido examinado en el contexto del peligro que se cierne sobre la libertad de expresión. Aunque el caso de López es el más notorio por provenir del diario de mayor circulación del país, y por la inusual manera de estrellarle el contrato en la cara, no es el único. Por el contrario, la actitud del periódico bogotano confirma la acogida privada que tiene el plan de toma del control de la información y de la opinión que el Gobierno se trazó y que viene ejecutando con pausa, pero sin descanso. Ayudan a desarrollarla interpuestas personas aparentemente ajenas a los quehaceres oficiales, pero tan cercanas a la Administración que parecen funcionarios en pleno ejercicio de sus labores.

No es gratuita la aparición de recién graduados columnistas de dos clases. Los primeros, sacados de entre los más patanes ex asesores presidenciales que exhiben, sin pudor, su capacidad de influenciar a los medios. Los segundos, unos desconocidos de carrera, oficio y pasado, criados de los primeros, que escriben el libreto que se les ordena. Tampoco es gratuita la desaparición de varios comentaristas de renombre, caracterizados nada más que por su autonomía, pero ahora con un manto de sospecha sobre sus hombros por cometer el pecado de libertad. En efecto, El Tiempo no fue el primero que se decidió a botar a una disidente de la voz gubernamental. El Colombiano, segundo medio en circulación nacional, no se ocupa ya de guardar las formas. Echó a Javier Darío Restrepo, quien recibió el Premio Simón Bolívar a la Vida y Obra, máximo galardón que honra esta profesión, porque criticó al emperador. Antes, El Colombiano había inducido el retiro de otros dos comentaristas demasiado autónomos. Y sacó, en el colmo del destape, a una periodista que se atrevió a defender la sentencia de la Corte Constitucional en la que se garantiza el derecho de las niñas violadas a abortar. La censura va copando temas, no sólo el político. El consuelo que queda es que en el ambiente enrarecido subsisten espacios como éste, en el que uno puede decir lo que piensa sin ninguna consecuencia. La prensa democrática conservadora, liberal o de izquierda, es escasa, pero se sostiene. Que así se mantenga.
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Actualizó: NTC … / gra . Octubre 16, 2009, 10:12 AM

1 comentario:

Ruth Estupiñan dijo...

Menos mal que no somos empleados y menos servidores impúdicos, para poder gritar a los cuatro vientos asi se emp.... los demas, que lo único que pueden hacer es cancelarnos la vida, pa´que mas. Son asesinos, ladrones, filibusteros, ya decia el maestro Echandia, pueblo de cafres. Piden prubas, poruq eya las tienen todas, para desprobar su abyección. Vamonso del planeta, dejémoslos solos a los malditos que se están robusteciendo con la sangre y el hambre del pueblo. malditos mil veces malditos.