martes, 8 de diciembre de 2009

Situación prebélica Colombia - Venezuela. Manifestamos: ...

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La izquierda exquisita
Eduardo Escobar
eltiempo.com / opinión / columnistas Dic. 15, 2009
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/eduardoescobar/la-izquierda-exquisita_6797965-1

Mis amigos de la izquierda rosa circulan en Internet una carta* contra el secuestro canalla, el narcotráfico, y a favor del objetor de conciencia, tan digna que merece algunas anotaciones. La primera que se me ocurre es que la izquierda gaya, de la cual también formé parte un día, debe examinar ciertas ideas que nos hicieron en el pasado cómplices del arribismo político de los polvoreros, que acceden a los dorados olimpos del poder arrumando cadáveres entre humos de incendios, ahorrándose la paciencia de trabajar como hombres por el honor. Mientras la izquierda exquisita emite vagos manifiestos. Yo también cansé mi brazo suscribiendo esas diatribas retóricas. Pero me hablaron de Micomicoma y volví a casa.

La condena al narcotráfico, pase. Y a la violencia. Pero la carta, como todas las de la izquierda light, soslaya algunas cosas protuberantes. Muchos de mis amigos tienen en su biblioteca un altarcito al Che aunque sea discreto. Y su recuerdo echa a perder la seriedad de la misiva pacifista.

Todos odiamos la guerra. Hoy los mismos carniceros tienen el pudor de proclamar que hacen un gran sacrificio personal asesinando, incapaces de reconocer que el bien que buscan es un pretexto para complacer vanidades hipertrofiadas. La carta trae la exigencia de un tratado de no agresión colombo-venezolano. Pero, poetas, ¿cómo establecer tratados con la locura? Y Chávez está deschavetado. El consejo suramericano de defensa quiso enfriar el ambiente y él no ha cesado de clamar con furia gorda que a Sucre lo mataron balas colombianas y que a Bolívar lo envenenaron los bogotanos.

Uno de los ejes de la carta alude a las bases yanquis, pero calla las armas rusas de Chávez, arsenal para la paz como las llama. Y deberían preguntarse qué tienen los gringos de malo que los rusos no tengan, si en la suma de crímenes imperiales del siglo XX el imperio ruso no amasó una crónica de pavores incomparables, una biblioteca formidable de testimonios que no me canso de leer para curarme en salud. La carta señala la torpeza de entrabar el comercio binacional. El comercio crea lazos entre la gente que los políticos son incapaces de establecer a veces. Cierto. Pero Pacho Santos en Mercosur le dijo a Chávez lo mismo y el atrabiliario coronel gruñó que él compra donde le da la gana.

La carta trae un gato encerrado, viejo y famélico gato. Demanda soluciones políticas al conflicto del país. El latiguillo vela la aspiración de las Farc al reconocimiento del estado de beligerancia que dilapidaron con su conducta atilesca hace tiempos. Yo creo que una carta menos abstracta debería dirigirse en el futuro al energúmeno de Caracas y a los camaradas del secretariado. Colombia apenas se defiende mientras aquel apela al recurso de la paranoia con el método de Fidel para eternizar la tiranía, y estos se abrigan en Miraflores, retaguardia en capullo para la expansión del proyecto sombrío de convertir Latinoamérica en una Cuba enorme y llevarla de Guatemala a Guatepior. Es decir, si Chávez no se cae antes por la gracia del Dios que invoca en su frenesí junto al ateo Lenin, el mahometano Ahmadineyad y Carlos el Chacal, los héroes de su delirio.

Chávez está tan confundido que es un peligro obvio por más que uno quiera verlo como simple figura cómica. Toda confusión implica riesgos poderosos. En una rueda de prensa citó al guerrero antiguo que selló sus oídos contra el canto de las sirenas, ¡al gran Aquiles! espetó con entusiasmo. Intercambiando al paradigma de los falsarios con un rey de rencores. Ante esto, uno desea que las bases yanquis, humillantes y todo para el patriotismo inevitable, mantengan a raya al erudito. Que para remachar, en discurso reciente criticó la idea estalinista de la revolución en un solo país, lo que yo entiendo como la amenaza teórica del tuerto con la escopeta, y la tácita declaración de unas protervas intenciones. Pero sí, abajo la guerra. Y que viva Micomicoma. ¿Quién tiene la botella?
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76 comentarios
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* Objetores
Intermedio. Por: Jotamario Arbeláez
EL PAIS, Diciembre 08 de 2009 http://www.elpais.com.co/historico/dic082009/OPN/opi2.html

Transcribo el pronunciamiento que un grupo de colombianos hemos redactado ante la actual situación prebélica establecida entre Colombia y Venezuela.

“Los abajo firmantes, hombres y mujeres del pueblo de Colombia, artistas, escritores, académicos, gestores culturales, estudiantes y personas en general, comprometidos con la permanente búsqueda de un entorno más noble y digno para el ser humano, manifestamos:

1. Que por considerar la paz como la única opción válida, rechazamos de manera enfática cualquier forma de agresividad entre comunidades, de belicismo y, en síntesis, de violencia. Lo anterior significa, por supuesto, que nos oponemos a la carrera militar a ultranza que han emprendido varias naciones, incluida la nuestra, en aras de mantener un statu quo que, cada vez más, se aparta de los cánones de la democracia. Impugnamos, además del militarismo de Estado y de las peligrosas bravuconadas armamentistas, cualquier forma de terrorismo, sin distinción alguna de matices políticos o ideológicos, así como aquellas actividades criminales, como el narcotráfico y la canalla industria del secuestro, que con sus brazos armados y apéndices paramilitares establecen verdaderos regímenes de violencia y terror.

2. En consecuencia con lo anterior, y atendiendo el concepto del Consejo de Estado de la República de Colombia, exigimos que se revise de inmediato la legalidad, a la luz de nuestra Constitución y de nuestras leyes, del convenio firmado con los Estados Unidos de Norteamérica para cederle a este último país el uso en Colombia de una serie de bases militares que, con el prurito de proteger la integridad de la Nación, convierten nuestro territorio en una auténtica punta de lanza de posibles acciones bélicas e intervenciones internacionales cuya simple eventualidad, aún remota, genera en toda la región un razonable malestar.

3. En vista del inconcebible clima bélico que ha empezado a germinar entre dos países que son hermanos, Venezuela y Colombia, reclamamos, en aras de una paz que nos pertenece a todos por encima de consideraciones personalistas o politiqueras, que, tal y como lo sugirió en términos de amable componedor el Primer Mandatario de los Estados Unidos del Brasil, se firme entre las dos repúblicas, y a la mayor brevedad, un tratado de no agresión que debe ser refrendado por los respectivos congresos, con el fin de otorgarle la dimensión y el alcance de una avenencia entre estados y de ninguna manera entre gobiernos.

4. Como primer paso, y en función de mantener el tradicional clima de hermandad que ha caracterizado a Colombia y Venezuela, les demandamos con urgencia a los dos gobiernos que se reanuden, de forma inmediata, las relaciones comerciales. De hecho, el rompimiento de estas últimas equivale a una agresión soterrada, incluso con connotaciones bélicas, en la medida en que sumerge en el caos económico a comunidades inocentes y pacíficas.

5. Nos declaramos objetores de conciencia frente a una indeseable confrontación militar con Venezuela o con cualquier otra nación. De la misma manera demandamos la búsqueda de soluciones políticas al conflicto interno que vive nuestro país”.

Encabezan las firmas: Fernando Toledo, Santiago García, Juan Manuel Roca, William Ospina, Jotamario Arbeláez, Gilma Suárez, Patricia Ariza, Guillermo González, Beatriz Gómez, Carlos Romero, Lisandro Duque, Carlos Satizábal… (Adhiera enviando su firma a jmarioster@gmail.com )
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Nota: Se pronunciaba ayer en El País el general Valencia Tovar ** en contra de la objeción de conciencia, frente a un estado de guerra. Que es cuando se ésta se manifiesta con mayor razón y fundamento. No vaya a ser que terminemos en la cárcel, como el joven Luis Gabriel Caldas, quien en 1994 fue encarcelado por manifestar ante la comisión de reclutamiento su negativa a prestar servicio por razones pacifistas y no violentas, y para liberarlo tuvo que intervenir Aministía Internacional.
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** Perfiles. Por: General Álvaro Valencia Tovar Objeción de conciencia, EP, Diciembre 07 de 2009 , http://www.elpais.com.co/historico/dic072009/OPN/opi3.html
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Actualizó: NTC … / gra . Dic. 8, 2009, 9:22 PM

viernes, 16 de octubre de 2009

Claudia López, “Reflexiones sobre un escándalo”: Su despedida dEl Tiempo. ..... Su respuesta ...

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"La firma" despedida ....
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SU RESPUESTA
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Octubre 15 de 2009

Apreciado Roberto,

Con enorme sorpresa me notifiqué por el periódico de tu decisión de despedirme por las opiniones expresadas en mi columna “Reflexiones sobre un escándalo”.

Tener conflicto de interés no constituye un delito ni una falta a la ética o a la honra. En un hecho derivado de circunstancias en las cuales surgen intereses contrapuestos, aunque legítimos.

En el caso de El Tiempo es un hecho derivado de la transformación y mixtura de vocaciones de los socios del periódico. Lo importante es no desconocer la existencia del conflicto y tener reglas adecuadas y transparentes para resolverlo.

Señalé en mi columna un caso específico, aunque no aislado, que quedó sin respuesta por parte del periódico:

1. ¿Con qué criterio periodístico escoge El Tiempo consultar a sus lectores si Andrés Felipe Arias debería renunciar a su candidatura presidencial por el escándalo de Agro Ingreso Seguro, y no pregunta si Juan Manuel Santos debería renunciar a la suya por los falsos positivos?
2. ¿Qué fuente les confirmó que Juan Manuel Santos es el candidato
presidencial del partido de la U?
3. ¿Qué fuentes y argumentos los llevaron a declarar como único “ganador neto” del escándalo Agro Ingreso Seguro a Juan Manuel Santos?

Ten la certeza que no soy la única lectora de El Tiempo que tiene preocupaciones fundadas sobre el manejo de los conflictos de interés del periódico. No manifesté esa preocupación por suspicacia exagerada ni por mala intención, sino por genuino aprecio y porque nunca dudé que ese debate también podía darse en las páginas del periódico.

Lo hice en el mismo tono y estilo que han caracterizado todas mis columnas, con el convencimiento de que la que se refería a mi casa editorial no tenía por qué ser la excepción.

Contribuir a conservar el periodismo profesional, riguroso, equilibrado y preciso de El Tiempo fue mi intención con esa columna, y sigue siendo mi decisión, también firme e irrevocable.

Te reitero toda mi gratitud y aprecio.

Fuerte abrazo,
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Claudia López
Ex columnista de El Tiempo.
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Agradecemos a Henry Posada, de "Tintos y Tintas", cronopio75@hotmail.com , el envío del documento.
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"LOS MOTIVOS ..."
Reflexiones sobre un escándalo
Claudia López
eltiempo.com / opinión / columnistas Octubre 13, 2009
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/claudialpez/reflexiones-sobre-un-escandalo_6334551-1

Se preguntaba Rudolf Hommes en su columna de la semana pasada por qué unos temas se vuelven escándalos y otros no. Sugería que se requiere que el grueso del público tome conciencia y que haya un instigador. El cubrimiento que EL TIEMPO le dio al escándalo de Agro Ingreso Seguro (AIS) ofrece una oportunidad para reflexionar al respecto.

A diferencia de los demás medios escritos, EL TIEMPO no profundizó sobre el programa AIS sino sobre los efectos políticos del escándalo. Tomar ese ángulo era una decisión periodística válida dado que sus socios de la revista Cambio ya habían hecho el resto del trabajo. Sin embargo, más que un cubrimiento, lo que hizo EL TIEMPO fue una fabricación inducida para apoyar su interpretación deseada de los efectos políticos del escándalo.

La fabricación sesgada empezó con una pregunta en un foro en el tiempo.com, siguió con una nota que destacaba lo dicho por los foristas y concluyó con un supuesto artículo de análisis. En el foro se indagó a los foristas si creían que Arias debía renunciar por el escándalo de AIS. No sobra recordar que a EL TIEMPO nunca se le ocurrió preguntarles a sus foristas si Juan Manuel Santos debía renunciar por el escándalo de los 'falsos positivos'. En el caso de Arias sí se le ocurrió. Culminado el foro, publicaron una nota titulada 'Indignación y rechazo genera Andrés F. Arias por caso de Agro Ingreso entre lectores de eltiempo.com', en la que destacaban que "la mayoría de usuarios le pide al ex ministro que renuncie a su precandidatura" y que "hubo muy pocos que defendieron a Arias". Luego del foro inducido y la nota destacada, remataron con un artículo cuyo título sentenciaba: 'Andrés Felipe Arias sale debilitado y Juan Manuel Santos logra ventaja en medio del escándalo de AIS'.

Es obvio que Arias sale debilitado, pero no es nada obvio que la consecuencia sea que Santos "logra ventaja". EL TIEMPO asegura que el traspié de Arias "llevó a Juan Manuel Santos a convertirse en un ganador neto esta semana". ¿De dónde saca EL TIEMPO que el espacio perdido por Arias fue ganado por Santos? ¿Hicieron una encuesta? No, pero a falta de encuesta el periódico usó su foro para lanzar la pregunta, inducir la respuesta y construir de allí sus conclusiones.

Aunque Arias no está compitiendo con Santos, sino con Noemí dentro de la consulta conservadora, el supuesto análisis ni siquiera menciona que una de las posibles ganadoras del desliz de Arias es Noemí. Además, el análisis se inventa un hecho para reforzar su argumento. Afirma que una de las razones por las cuales el fortalecido es Santos es que "los conservadores, además, tienen que someterse a una consulta interna para buscar su candidato, mientras 'la U' ya lo tiene: Santos". 'La U' no ha escogido candidato presidencial. Lo único que le han ofrecido a Santos en la U es la jefatura del partido, no la candidatura presidencial. 'La U' es el promotor del referendo reeleccionista y si es aprobado es de esperarse que sea Uribe, no Santos, el candidato presidencial de 'la U'. Supongo que esos hechos dañaban el "enfoque del análisis" y por eso fueron desechados.

"No será fácil que Noemí merezca el respaldo de Uribe, después de que ella lo ha acusado de 'comprar' el referendo y amenazado con 'derrotarlo' en las urnas." Esta frase, casi transcrita de declaraciones de Santos, trata de presentar como periodística la versión de Santos de que él, a diferencia de Noemí, no es un traidor ni quiere derrotar a Uribe. Cualquiera que conozca medianamente la carrera de Santos sabe que cambiar de bando ha sido la constante de su ascenso político, al igual que de Noemí, y cualquiera entiende que ambos quieren suceder a Uribe; sólo que Santos quiere hacerlo sin que parezca una traición, agrego yo.

La calidad periodística de EL TIEMPO está cada vez más comprometida por el creciente conflicto de interés entre sus propósitos comerciales (ganarse el tercer canal) y políticos (cubrir al Gobierno que otorga el canal y a su socio en campaña) y sus deberes periodísticos. Este tipo de cubrimientos sesgados en nada contribuyen a resolver periodísticamente ese conflicto; lo único que logran es evidenciarlo.

N. de la D.: EL TIEMPO rechaza por falsas, malintencionadas y calumniosas las afirmaciones de Claudia López. La Dirección de este diario entiende su descalificación de nuestro trabajo periodístico como una carta de renuncia, que acepta de manera inmediata.


Claudia López
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Siguen 1662 comentarios a Oct. 14, 2009
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Razones de una decisión

eltiempo.com / opinión / editoriales EDITORIAL Octubre 14, 2009. Impreso Oct 15, 2009
http://www.eltiempo.com/opinion/forolectores/razones-de-una-decision_6342887-1

Una decisión dolorosa, pero al mismo tiempo firme e irrevocable, fue la tomada por la dirección de EL TIEMPO con respecto al retiro de las páginas de opinión de la columnista Claudia López, quien había colaborado con este diario desde hacía cerca de 30 meses. Sobre lo sucedido es necesario hacer varias reflexiones y consideraciones, pues es indispensable que el público comprenda los motivos de una determinación drástica, que está, en nuestro entender, plenamente justificada. Haber respondido con el silencio, o una imposible actitud flexible, equivaldría a aceptar como verdaderas, afirmaciones que son a la vez mentirosas y temerarias.

Para comenzar, es necesario decir que cualquier lector, sea columnista o no, está en su pleno derecho de compartir, rechazar o criticar el cubrimiento informativo que hace EL TIEMPO de la realidad colombiana o internacional. La divulgación de las cartas y comentarios del público, tanto en la edición impresa como en las páginas de Internet, es prueba de ello. Pero esa potestad no puede confundirse, en el caso de los colaboradores del periódico, con una patente de corso para poner en tela de juicio los principios éticos y la honorabilidad de los periodistas que trabajan en este diario. Para decirlo con toda claridad, en este matutino no se "fabrican" o "inducen" noticias, ni se condiciona el cubrimiento de las mismas a intereses políticos o económicos.

En el caso concreto del escándalo relacionado con el programa Agro, Ingreso Seguro, destapado por la revista Cambio -propiedad de esta Casa Editorial-, el periódico ha hecho un seguimiento en profundidad, que comprende no menos de 45 escritos sobre el tema, incluyendo un editorial publicado el pasado 2 de octubre. En este, EL TIEMPO expresó su preocupación por lo sucedido y exigió claridad sobre unos hechos que cada vez más dejan en claro un preocupante entramado de corrupción y favoritismos.

Por otra parte, sabemos que el protagonismo público de algunos miembros de la familia Santos -accionistas minoritarios de la Casa Editorial EL TIEMPO- o los intereses legítimos que sobre el tercer canal de televisión tiene el socio mayoritario -el Grupo Planeta- son utilizados para construir absurdas interpretaciones sobre las noticias que publicamos. Algunas son fruto de las suspicacias exageradas, tan propias de la idiosincrasia nacional. Otras son producto de malas intenciones y de intereses empeñados en hacer daño. Pero el mandato inequívoco que tienen nuestros reporteros y redactores es el de siempre: subordinar todas las consideraciones a los principios esenciales del periodismo profesional, riguroso, equilibrado y preciso.

De tal manera, una cosa es el derecho a la libertad de expresión, que EL TIEMPO ha respetado y defendido en forma indeclinable a lo largo de sus casi 100 años de existencia, y otra es el deber de sus columnistas de abstenerse de hacer acusaciones o descalificaciones sin fundamento. Como otros diarios nacionales, este ha sido víctima de presiones, amenazas, censura e incluso el cierre durante las épocas aciagas de la dictadura. Pero pocas veces en su historia se nos había hecho un cuestionamiento moral de semejante envergadura. Como el mismo es absolutamente mentiroso y agraviante, hicimos lo que consideramos apropiado: publicar el escrito, pero con la convicción de que las afirmaciones contenidas en este constituían un rompimiento irreparable entre medio y columnista.

Superado el enojoso episodio, podemos decir que los lectores de EL TIEMPO seguirán encontrando en estas páginas las características y valores con los que se ha ganado su aprecio y credibilidad. Son estos, los de pluralismo, seriedad y profesionalismo, los que lo convirtieron en el primer diario de Colombia y en uno de los principales de América Latina. Los mismos, además, que han sido un aporte para la consolidación de la democracia y para combatir tanto las posiciones sectarias de cualquier bando, como los abusos de poder.
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SOLIDARIDAD ...
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DE LOS PRIMEROS EN MANIFESTARSE PÚBLICAMENTE, si no los primeros ....
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PLANETAZO Caricatura Por Betto 13 Oct 2009 - 11:07 pm El Espectador (impreso Oct. 14)
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CENSURA, Caricatura por BACTERIA . EL espectador .com Oct. 13, 09 http://www.elespectador.com/imagen-censura impreso Oct. 14
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¿‘El Tiempo’ se desnuda?
Por: Cecilia Orozco Tascón

EL ESPECTADR Opinión 13 Oct 2009 - 11:25 pm (impreso Oct. 14)
http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/cecilia-orozco-tascon/columna166523-el-tiempo-se-desnuda

QUISIERA CREER QUE LA EXPULSIÓN pública de la destacada columnista Claudia López, de El Tiempo, fue sólo un acto acalorado de soberbia y no uno típico de censura de la opinión.

La gravedad de la decisión de echar a López (a nadie engañan con el cuento de que el desacuerdo con un trabajo periodístico del medio donde uno escribe equivale a una “renuncia”), es más preocupante porque el ejecutor de la represión es el diario que preside, en cabeza de uno de sus socios, la Sociedad Interamericana de Prensa, encargada de vigilar que se cumpla el derecho a la libre expresión en el continente. Se podrá reparar en que el tema que tocó la analista, a saber, el cubrimiento de una información que favorecía los intereses políticos de Juan Manuel Santos, otro de los socios de El Tiempo, y los intereses económicos del grupo Planeta, nuevo dueño mayoritario del conglomerado, era demasiado sensible.

Pequeña anécdota de contraposición: cuando por honrosa designación del periódico me desempeñé como Defensora del Lector, sostuve un fuerte debate público con Santos. Entonces me referí a lo que juzgué como una influencia perniciosa del ahora candidato presidencial en el contenido informativo del diario. En el fondo, era un comentario similar al de López, aunque en diferentes circunstancias. Envié mi escrito al periódico, pero me hice la siguiente reflexión: si no lo publican, tendré que retirarme; si lo publican, también, por ser mi contradictor quien era. Al otro día mi comentario salió intacto. Fui donde los dos directores —Rafael y Enrique Santos— y renuncié para evitarles el lío que iban a tener con su primo y hermano. Para mi sorpresa, ambos estuvieron de acuerdo en apoyar mi continuidad y seguí siendo la Defensora sin ninguna consecuencia.

La situación ha cambiado y su director actual está en una disyuntiva muy difícil entre su importante posición profesional y su conciencia. No entraré en ese terreno tan personal, pero sí reitero que al diario se le critica, no tanto el cruce de sus intereses con los de Juan Manuel Santos, que sería fácil de solucionar, sino el conflicto entre los de Planeta —entre otros, su aspiración a que el Gobierno le adjudique un canal de televisión— y su obligación constitucional de informar verazmente a los colombianos. Para mayor lástima, la intolerancia ha tenido ya algunas manifestaciones y la echada de López es sólo la más notoria. Hace un par de meses, por ejemplo, un comentario de María Jimena Duzán, en Semana, parecido al de López, mereció una fea descalificación pública de El Tiempo. En contraste, el periódico adopta una actitud de complacencia, casi rayana en la irresponsabilidad, con los columnistas de la orilla ideológica afín al Gobierno y a Planeta. No sé si será mera coincidencia la inclusión privilegiada en las páginas de las que hoy se expulsa a Claudia López, del ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria, simultánea con la toma de control del diario por el grupo español. Tampoco sé si la casualidad llega hasta el punto de que se hiciera realidad el deseo de JOG, quien “opinó” hace poco que era mejor poner en el lugar de Claudia López a un desconocido comentarista de la línea uribista. En próximos días nos enteraremos si esta parte de su voluntad también se cumple. No le falta razón a Rudolf Hommes, otro valioso columnista de ese diario, cuando aludiendo a la expulsión de López, habló de una “provocación” para quienes allí escriben. Tal vez el desnudo de El Tiempo, como muestra de la conducta antidemocrática imperante, sea lo único bueno que tiene esta enorme equivocación.

Cecilia Orozco Tascón
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OTROS
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From: Henry Posada. cronopio75@hotmail.com
To: observatorio@moe.org.co
Subject: Canallas.
Date: Tue, 13 Oct 2009 12:11:08 -0500
Claudia, es infame lo que acaba de hacer El Tiempo, aquí estamos contigo, un abrazo y quiero decirte que me encantaría que pudieras estar en mi programa tintos y tintas de la U.N.radio 98.5 FM,
un abrazo, Henry Posada.
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Publicado 10/16/2009
La respuesta de Claudia López
Esta es la carta de respuesta de la periodista Claudia López a su despedida "en caliente" (¿persecución periodística en caliente?) de las páginas editoriales de El Tiempo como hace unas semanas lo había pedido José Obdulio Gaviria (sí, el mismo que en vez de escribir ¡qué va! escribe en su última columna: ¡qué bah!, menos mal en El Tiempo no echan a nadie por escribir mal). Claudia López ha pedido que sea divulgada. Entonces, aprovechemos la posibilidad democrática que es el internet para hacerlo. La echaron en el mejor estilo uribista de tratar a los periodistas críticos como peones a destajo, pero sus incómodos cuestionamientos siguen sin ser respondidos.
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CARTA DE ANABEL TORRES
De Anabel Torres arboldepapel@yahoo.com
Para NTC ntcgra@gmail.com
Fecha, Barcelona, 16 de octubre de 2009, 14:13

Bueno, lo de Claudia es muy grave, y si tuviera tiempo escribiría alguna corta reflexión. Este incidente me trae a la memoria desmemoriada, la defensa de la libertad de prensa y de expresión que hicieron las mujeres de la generación de los años veinte. Ofelia Uribe de Acosta había fundado en Bogotá su periódico VERDAD, en 1954, creo, pero pudo ser en el 55, para aprovechar el hecho de que un acto legislativo de 1954, emitido por el General Rojas Pinilla, otorgó el voto a la mujer colombiana (y no es una excepción; Colombia no ha sido la única dictadura en otorgar el voto a las mujeres cuando casualmente no puede votar nadie). Como decía la misma Ofelia, los liberales trataron de fagocitar el hecho de que Rojas Pinilla dio el voto a la mujer, aduciendo que las mujeres habíamos votado luego en el referendo del 1957, celebrando el retorno de la democracia, para que pudiéramos votar, ¡un sinsentido completo!)

El periódico VERDAD era un semanario escrito y editado por mujeres, y que fue saboteado fulminantemente tanto por los partidos del momento como por los dios diarios de mayor circulación de la época. Cuando el semanario llevaba más de 20 números lanzados, sacó en portada fotos de la manifestación que hizo un grupo de mujeres PARA PROTESTAR POR EL CIERRE DEL PERIÓDICO EL TIEMPO. Ipso facto un militar amigo llamó a Ofelia a decirle que cerrara el chuzo y que cerrara el pico, que iban a allanarla. Mensaje más efectivo y prudente que la forma grosera y estúpida en que El Tiempo ha intentado ahora cerrarle el pico a Claudia, ¡siguiendo su misma grandiosa tradición de hace 50 años! Lo más paradójico, y también lo más reconfortante porque nos reconcilia con el coraje de la raza humana, toda, es que El Tiempo se habia caracterizado por atacar sin tregua a las mujeres de VERDAD, y además llevaba décadas advirtiendo contra la hecatombe que resultaría si se le otorgaba el voto a la mujer, entre tantas otras majaderías de la época, que comienzan a parecerse más y más a las de la época actual.

En fin, que si tuviera tiempo escribiría esta reflexión, pero como no tengo tiempo, rehuso aceptar cualquier error de sintaxis que pueda contener. El contenido de la nota sí se los puedo documentar, aunque yo estoy escribiendo de memoria y puedo haber citado algo mal o dejado de citar algo (el número del acto legislativo por ejemplo).

Creo que las mujeres debemos rodear a la periodista Claudia López, aunque la cacareada 'cuestión de género' no le interese lo más mínimo a dicha periodista ni al público lector. Las mujeres tenemos que defender la democracia porque solo siendo libres, ¡somos!
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*** No olvidar que en el PARACIO PRESIDENCIAL (CASA DE NARI) ondean las banderas de EL TIEMPO y la de PLANETA (ésta tapa un bastante a áquella ...) , ver: http://www.semana.com/noticias-vladdo/vladdo/129880.aspx
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De Fernando Jaramillo ferjaramillo@hotmail.com , http://memorabiliaggm.blogspot.com/
Para Gabriel Ruiz ntcgra@gmail.com Fecha 16 de octubre de 2009 09:10
Asunto RE: . Claudia López, “Reflexiones sobre un escándalo”: Su despedida dEl Tiempo. ..... Su respuesta ...
G de N: Y ahora sube al blog la columna de Fabio Martinez de hoy en El Pais.
F de M.
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Con mucho gusto lo hacemos, copiándola del periódico ...
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Emboscada de opinión
Martillo. Por: Diego Martínez Lloreda
EL PAÍS, Cali, Octubre 16 de 2009
http://www.elpais.com.co/historico/oct162009/OPN/opi1.html

Imagine que usted invita a comer a su casa a una persona y llega y le dice que los muebles de la sala no salen con las cortinas, que la cocina huele feo, que su mujer se viste como una ‘cuchibarbi’ y que su mamá tiene más bozo que Bienvenido Granda.

Guardando las proporciones, eso fue lo que le ocurrió a El Tiempo con Claudia López, quien por espacio de 30 meses tuvo una columna en ese periódico y en pago por los favores recibidos arremetió, en ese espacio, contra quienes se lo habían otorgado. López, una intelectualoide bogotana que se siente dueña de la verdad y, padece un antiuribismo obsesivo, entre otras patologías, sindicó al diario en el que fungía de columnista de haber manejado la información sobre el escándalo de Agro Ingreso Seguro para favorecer a Juan Manuel Santos. Y de paso cuestionó la calidad de ese periódico por el “conflicto de intereses” que tiene por el hecho de que su accionista mayoritario aspira a ganar la licitación del tercer canal de televisión. La dirección del diario publicó la columna, pero con una nota al pie en la que manifestó que entendía “la descalificación de nuestro trabajo periodístico como una carta de renuncia, que acepta de manera inmediata”.

Me temo que la que tenía un conflicto de intereses era la señora López porque uno no puede escribir en un diario que considera sesgado, amañado y de calidad periodística dudosa.

Ella, tan dada a dar lecciones de ética, debió haber renunciado a su columna y buscar un espacio para escribir en el que se sintiera más cómoda. Pero, en lugar de ello, perpetró esa columna, que tenía por propósito único que la sacaran, para convertirse en una mártir de la libertad de prensa. Infortunadamente, el director de El Tiempo se dejó llevar por la arrogancia y optó por ‘renunciar’ públicamente a la columnista. Mejor dicho, hizo exactamente lo que ella buscaba.

Pero la verdad es que ninguna medida que hubiera tomado El Tiempo le hubiera permitido salir bien librado de esta celada. ‘Colgarle’ la columna hubiera hecho aún más víctima a la señora López. Y no hacer nada, en aras de la libertad de prensa, equivaldría a que el anfitrión del comienzo de esta historia se muriera de la risa ante las agresiones del invitado mal educado.

Claudia López debe estar convencida de que se salió con la suya con la emboscada que le tendió al periódico que le abrió sus páginas. Sobre todo tras la cantidad de mensajes que llegaron a la página web del rotativo rechazando su salida y sindicando de enemigas de la libertad de prensa a las directivas del periódico. Pero este asunto más que con la libertad de prensa tiene que ver con el decoro, la lealtad y la decencia, que son valores humanos que no están consagrados en la Constitución, pero que, en mi sentir, están por encima de cualquier garantía constitucional.

La señora López cometió el peor pecado en el que puede incurrir un columnista: creerse más importante que el medio para el que escribe. Y así esté convencida de que fue la gran ganadora con el embrollo que formó, a la larga será la peor derrotada. Porque dentro de un mes nadie se acordará de ella y El Tiempo seguirá ahí. Y, después de como se comportó en esa casa, puede estar segura de que a ninguna casa decente la van a invitar.
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Periodismo y política
Por: Mauricio García Villegas
EL Espectador .com Opinión 16 Oct 2009 - 11:51 pm . Impreso Oct. 17 , 2009
http://www.elespectador.com/columna167168-periodismo-y-politica

LA EXPULSIÓN DE CLAUDIA LÓPEZ de El Tiempo ha desencadenado un debate interesante sobre la relación entre columnistas, diarios y lectores.

Empiezo por decir que no me voy a meter en el asunto de si el periódico tenía o no derecho de expulsar a la columnista. Es un tema difícil, que merece un desarrollo más amplio. Lo que quiero decir es que, incluso si, en gracia de discusión, se reconoce que las directivas de El Tiempo tenían ese derecho, me parece que en este caso, con la expulsión de Claudia López, no salieron bien libradas.

A Claudia López la expulsaron por cuestionar la actitud periodística de esas directivas y no, como dicen ellas en su editorial del 14 de octubre, por haber dicho mentiras. No hay información falsa en la columna de López; sólo hay una interpretación de los hechos, que es lo que hacen los columnistas.

Más aún, la crítica de Claudia recoge el sentimiento, compartido por miles de lectores, de que el periódico no ha manejado bien el asunto de la participación de los miembros de la familia Santos en el Gobierno. Es cierto que esa participación representa un dilema complicado para el periódico ¿Qué hacer cuando uno de los socios se lanza de candidato presidencial? ¿Cómo asegurar a los lectores que eso no echará por el suelo la objetividad del periódico para informar? Sin duda esto representa una coyuntura complicada: de un lado, parecería excesivo pedirles a los demás familiares del candidato que se retiren temporalmente del periódico pero, del otro lado, la simple manifestación editorial de que el periódico seguirá siendo objetivo no parece una garantía suficiente para los lectores.

De ahí la sensación de que, en la coyuntura actual, el periódico prefiere proteger sus intereses económicos, políticos y familiares, antes que asumir sus responsabilidades informativas. Esas sospechas no sólo están bien expuestas en los hechos que relata Claudia López en su columna, sino en dos circunstancias adicionales. La primera es que en El Tiempo hay una larga tradición editorial de apego al poder y de defensa de los gobiernos de turno. Para nadie es un secreto que las directivas del periódico —no necesariamente sus columnistas— suelen concebir “la consolidación de la democracia” como una defensa casi incondicional del gobierno. Lo segundo es la compra del periódico por parte del Grupo Planeta, ligado a la derecha española y el conflicto de intereses derivado de la competencia por el tercer canal.

Las directivas de El Tiempo deberían entender que no sólo Claudia López, sino miles de sus lectores, tienen esas sospechas y que la mejor manera de enfrentarlas es dando pruebas de independencia periodística. La expulsión de Claudia López hace justamente lo contrario de lo que todo buen lector espera, es decir, tiende a confirmar esas sospechas.

Termino transcribiendo una parte del editorial de El Tiempo del 20 de julio de 2006, 25 años después de la muerte de Lucas Caballero (Klim), quizás el columnista más influyente de la época de la Guerra Fría en Colombia: “La pérdida de su columnista estrella le enseñó a este diario que los periodistas no deben dejarse llevar a la condición de cogobernantes. Pueden ser interlocutores del poder, pero no les corresponde solucionar situaciones que escapan a su órbita o que los obligarían a actuar contra los principios de independencia de la prensa, que son pilar de la democracia. El Tiempo pagó con su credibilidad tan equívoca decisión y hasta hoy sigue lamentando la ausencia de Klim de sus páginas editoriales”.

* Profesor de la Universidad Nacional e investigador de DeJuSticia

Mauricio García Villegas
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Tiempos aciagos
La otra orilla. Por: Cecilia Orozco Tascón
Octubre 17 de 2009 http://www.elpais.com.co/historico/oct172009/OPN/opi1.html

Siempre se ha dicho que no hay peor cuña que la del mismo palo. ¿Quién se iba a imaginar que la censura de opinión, provocada por el clima autoritario creado por el régimen vigente, iba a empezar en la propia prensa? Por supuesto que en estas alturas de mi larga experiencia profesional pocas cosas pueden sorprenderme. Menos todavía con respecto de la conducta de muchos medios de comunicación -por fortuna, no todos- veleidosos en su comportamiento ético y en la defensa de los principios cuando se les interponen el poder político, las amistades y los negocios. De todas maneras, y como la esperanza es lo último que se pierde, tuve la ilusión de que reinara entre nosotros el juramento de lealtad a la independencia y la verdad, pese a las presiones que se ejercen sobre propietarios y directores para que sesguen u omitan informaciones o para que salgan de los columnistas molestos y en su lugar pongan a otros más sumisos.

El brutal despido público de la analista Claudia López con que El Tiempo la castigó sin darle siquiera un cortés aviso previo, no ha sido examinado en el contexto del peligro que se cierne sobre la libertad de expresión. Aunque el caso de López es el más notorio por provenir del diario de mayor circulación del país, y por la inusual manera de estrellarle el contrato en la cara, no es el único. Por el contrario, la actitud del periódico bogotano confirma la acogida privada que tiene el plan de toma del control de la información y de la opinión que el Gobierno se trazó y que viene ejecutando con pausa, pero sin descanso. Ayudan a desarrollarla interpuestas personas aparentemente ajenas a los quehaceres oficiales, pero tan cercanas a la Administración que parecen funcionarios en pleno ejercicio de sus labores.

No es gratuita la aparición de recién graduados columnistas de dos clases. Los primeros, sacados de entre los más patanes ex asesores presidenciales que exhiben, sin pudor, su capacidad de influenciar a los medios. Los segundos, unos desconocidos de carrera, oficio y pasado, criados de los primeros, que escriben el libreto que se les ordena. Tampoco es gratuita la desaparición de varios comentaristas de renombre, caracterizados nada más que por su autonomía, pero ahora con un manto de sospecha sobre sus hombros por cometer el pecado de libertad. En efecto, El Tiempo no fue el primero que se decidió a botar a una disidente de la voz gubernamental. El Colombiano, segundo medio en circulación nacional, no se ocupa ya de guardar las formas. Echó a Javier Darío Restrepo, quien recibió el Premio Simón Bolívar a la Vida y Obra, máximo galardón que honra esta profesión, porque criticó al emperador. Antes, El Colombiano había inducido el retiro de otros dos comentaristas demasiado autónomos. Y sacó, en el colmo del destape, a una periodista que se atrevió a defender la sentencia de la Corte Constitucional en la que se garantiza el derecho de las niñas violadas a abortar. La censura va copando temas, no sólo el político. El consuelo que queda es que en el ambiente enrarecido subsisten espacios como éste, en el que uno puede decir lo que piensa sin ninguna consecuencia. La prensa democrática conservadora, liberal o de izquierda, es escasa, pero se sostiene. Que así se mantenga.
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Actualizó: NTC … / gra . Octubre 16, 2009, 10:12 AM

martes, 30 de junio de 2009

SOLIDARIDAD CON MITO INCLUIDO. Carta abierta

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Carta abierta

SOLIDARIDAD CON MITO INCLUIDO

El computador de Raúl Reyes ya parece ser la memoria de un país desmemoriado al que acuden, como a un oráculo, los poderosos de un lugar llamado Macondo.

Parece sin duda una fusión de Google y Wikipedia donde los malos alumnos del gobierno pueden encontrar sus más oscuros deseos.

Por algo hubo durante unos pocos días en un muro medianero de la carrera séptima una pintada que decía: “cambio computador de Reyes por lámpara de Aladino”.

Duró poco esa leyenda. Hay una verdadera brigada de borradores de pintadas callejeras, ordenada por quienes quieren desaparecer todo rastro de protesta frente al régimen.

Pero más que la lámpara del cuento oriental, el computador de Reyes parece la Caja de Pandora.

Si hacemos el ejercicio de recordar que Pandora fue fabricada con barro por los dioses para seducir al ladrón del fuego; que le dieron una misteriosa caja (aún no se había inventado el computador), que al abrirla dejó salir todos los males de la humanidad, pero al cerrarla dejó atrapada la esperanza, la analogía resulta más que un simple juego.

A cada tanto el gobierno actual acude al computador de Reyes como si en él pudiera encontrar la prueba reina que justifique la satanización de sus opositores.

Hace un año o más que el mencionado computador en manos del gobierno sirve para perseguir, para desprestigiar, para enlodar a personas intachables como el senador Jorge Enrique Robledo, alguien que por lo demás ha sido desde siempre refractario, precisamente, a la lucha armada, su claro opositor.

Resulta en exceso coincidencial que tras el paso de Robledo por Canadá argumentando por qué el tratado de libre comercio resulta lesivo para Colombia, tras sus denuncias en torno a los negocios de los hijos del presidente, tras señalar espurias maniobras para modificar la Constitución en busca de una nueva reelección, y luego de rechazar para el cargo de Procurador General de la República al doctor Alejandro Ordóñez Maldonado, resulte registrado en la caja de Pandora de Reyes y por tanto sea sujeto de una investigación a todas luces manipulada.

Por fortuna, incluidas algunas personalidades que no son del partido al que pertenece el senador Robledo, como muchos de los que firmamos este texto, al igual que algunos medios de comunicación en los que no cabe idea tan peregrina, no somos pocos los que vemos en el deseo de enlodar su figura política una obvia y errática maniobra no solo contra él sino contra todo disenso.

Que lo vinculen a una investigación preliminar por supuestos vínculos con “organizaciones armadas al margen de la ley”, resulta tan arbitrario y en contravía del pensamiento de Jorge Enrique Robledo que, sin duda terminará por enlodar a sus acuciosos enlodadores.

Valga recordarle al Procurador un aserto del constitucionalista norteamericano Stephen Holmes: “para que sobreviva la democracia debe prohibirse constitucionalmente el lenguaje de “enemigos del Estado”. Este lenguaje envenena la democracia porque saca a la oposición del campo político”.

Precisamente hechos tan aberrantes como el secuestro a nombre de la liberación o como la barbarie paramilitar, hechos de autoritarismo como los falsos positivos, se siguen dando por fuera de ese “campo político”.

Quiera el azar que el profesor Holmes no aparezca ahora en la caja de Pandora de Raúl Reyes.

Rechazamos la sindicación y el hostigamiento que desde el gobierno y desde su Procuraduría General se viene haciendo tanto de Jorge Enrique Robledo como de otras personalidades de la vida política colombiana, por el solo hecho de ser opositores.

Luis Fayad (Escritor)
Juan Manuel Roca (Escritor)
Pepe Sánchez (Actor)
Carlos Vidales (Historiador)
Santiago Mutis (Escritor)
Roberto Burgos Cantor (Escritor)
Alfredo Molano Bravo (Periodista)
Lasse Söderberg (Poeta)
Daniel Samper Pizano (Periodista)
David Jiménez (Escritor)
Carmen Escobar (Cedetrabajo)
Ugo Barti (Caricaturista)
Alberto Salcedo Ramos (Periodista)
Iván Darío Álvarez (Titiritero)
Samuel Vásquez (Dramaturgo)
Augusto Rendón (Pintor)
Francisco Zumaqué (Compositor)
Felipe Agudelo Tenorio (Escritor)
Jorge Mario Múnera (Fotógrafo)
Antonio Morales (Periodista)
Lisandro Duque Naranjo (Cineasta)
Jaime Echeverri (Escritor)
Ángela García (Escritora)
Pablo Montoya (Escritor)
Santiago Espinosa (Escritor)
Omar Ortiz (Escritor)
Bruno Díaz (Actor)
Enrique Santos Molano (Periodista)
Joe Broderick (Escritor)
Héctor Buitrago (Músico)
Carolina Sanin (Escritora)
Jineth Ardila (Escritora)
José Alejandro Restrepo (Artista)
Rodolfo Arango (Filósofo)

Abdu Eljaiek (Fotógrafo)
Azriel Bibliowicz (Escritor)
Julián Malatesta (Escritor)
Federico Suárez (Abogado)
Robert Max Steenkist (Escritor)
Kike Lalinde (Pintor)
Lucía Estrada (Escritora)
Gabriel Arturo Castro (Escritor)
Sebastián Ospina (Actor)
Lina María Pérez (Escritora)
María Matilde Rodríguez (Abogada)
Rocío Romero (Historiadora)
Víctor López Rache (Escritor)
Hernán Darío Correa (Sociólogo)
Guillermo Alberto Arévalo (Escritor)
Carmen María Jaramillo (Curadora)
Pedro Arturo Estrada (Escritor)
Olga Naranjo (Literata)
Héctor Álvarez (Músico)
Billy (Músico)
Ivonne Wilches (Psicóloga)
Eleonora Mutis (Diseño Interior)
Juan Gaviria (Ambientalista)
Orlando Mejía Rivera (Escritor)
Helena Villamizar (Economista)
Sergio de Zubiría Samper (Filósofo)
Belén del Rocío Moreno Cardozo (Psicoanalista)
Darío Villegas (Pintor)
Diana C. Rey (Gestora Cultural)
Milcíades Arévalo (Editor)
Héctor Fabio Torres Cardona (Compositor)
Clemencia Plazas (Antropóloga)

Marina González Bustamante (Pianista)
Catalina Toro (Politóloga)
Luis Fernando Victoria (Comunicador Social)
Carolina Urbano (Filósofa)
Consuelo Gaitán (Filósofa)
Iván Ospina (Cheff)
Jaime Londoño (Escritor)
Alberto Saldarriaga (Arquitecto)
Adriana Henao (Joyera)
Carlos Naranjo (Arquitecto)
Carlos Eduardo Romero (Arquitecto)
María Clemencia Sánchez (Escritora)
Carlos Flaminio Rivera (Escritor)
Yamel López (Biólogo)
Víctor Rojas (Escritor)
Robinson Quintero (Escritor)
Celedonio Orjuela (Escritor)
Anabel Torres (Escritora)
Juliana López (Psicóloga)
Diego Arango (Ambientalista)
Catalina Rey Quiñónez (Gestora Cultural)
Natalia Arroyave (Ingeniera)
Alba Nidian Acevedo Montoya (Investigadora)
Héctor Bayona (Actor)
Henry Posada (Periodista)
Julio Olaciregui (Escritor)
Eduardo García Aguilar (Escritor)
Luís Roca Lynn (Editor)
Gustavo Mauricio García (Editor)
Claudia Antonia Arcila (Periodista)
Clara Arango (Docente)
Lucía Moncada (Médica)
Antonio Correa Losada (Escritor)
Yorlady Ruiz (Escritora)
Fabio Martínez (Escritor)
Pio Fernando Gaona (Editor)
Mery Yolanda Sánchez (Escritora)
Ricardo Rodríguez (Editor)
Alejandro Burgos (Curador)
Nicolás Escalante (Artista)
Juana Méndez (Artista)
Natalia Sánchez (Actriz)
Amalia Lu Posso (Escritora)
Efraín Barbosa (Físico)
María Elvira Escobar (Antropóloga)
Carl Langebaek (Antropólogo)

Santiago Rivas Camargo (Artista plástico)
Óscar Calvo (Historiador)
Tatiana Roa (Ambientalista)
Jimena González Posso (Ambientalista)
Jairo Puente (Químico)
Camilo Arévalo (Artista)
Jorge Ronderos Valderrama (Sociólogo)
Aurelio Suárez (Ingeniero)
Maria Elena Bernal Vera (Ingeniera)
Tracy Russell (Música)
Bernardo Useche (Psicólogo)
Raúl Fernández (Economista)
Camilo Arévalo (Arquitecto)
Luisa Maria Navas (Editora)
María Inés Rodríguez (Curadora)
Gustavo Martinez Arias (Músico)
Jorge Parra (Arquitecto)
Jacobo Arango Mejía (Investigador)
María Lorena Calderón (Educadora)
William George Spirito (Educador)

Flavio Restrepo Gómez (Médico)
Oscar Eduardo Gutiérrez Reyes (Coordinador Liga de Usuarios SSPP)
Marta Isabel Serna (Lingüista)
Jorge Enrique Esguerra (Arquitecto)
Luisa Fernanda Trujillo (Periodista)
Rodrigo Saldarriaga (Director Teatral)
Eduardo Cárdenas (Actor)
Cristina Toro (Actriz)
Carlos Mario Aguirre (Actor)
Omaira Rodríguez (Actriz)
Andres Moure (Actor)
Alejandra Fernández (Psicologa)
María Figueroa (Psicoanalista)
Fabio Martinez (Escritor)
Reinaldo Spitaleta (Periodista)
Ricardo Aricapa (Periodista)
Pío Sanmiguel (Psicoanalista)
Jesús Anibal Suárez (Editor)
Jairo Serna (Periodista)
Hernán Quiñones (Abogado)
Mario Eulalio Busquets (Publicista)
Gilbert Gómez (Ingeniero industrial)
Patricia Meisel (Antropóloga)
Carlos Alberto Robledo (Médico)
Karen Biswell (Fotógrafa)
Jackelin Palacios (Odontóloga)
Ana María Nieto Villegas (Arquitecta)
Luis Fernando Herrera (Arquitecto)

Gustavo Barco Ruiz (Antropólogo)
Beatriz Suárez (Enfermera)
Elvira Cantillo (Pintora)
Eduardo Esguerra (Publicista)
Mauricio Esguerra (Periodista)
Catalina Jimenez Jiménez (Historiadora)
Eduardo Romero Barragán (Arquitecto)
Alfonso Castro (Antropólogo)
Monica Fernandez (Abogada)
Alejandro Cárdenas (Músico)
Luis Fernandez-Castro (Trabajador social)

Luz Amanda Salazar Hurtado (Ingeniera civil )
Antonio Tamayo (Pintor)
Liliana Salcedo (Socióloga)
María Eugenia Villamizar (Antropóloga)
Martha Baquero (Economista)
Myriam Villamizar (Psicóloga)
Álvaro Gómez (Ingeniero)
Efraín Fierro (Economista )
Hernán Medina (Economista)
Raúl González Torres (Economista)
Cesar Giraldo (Economista)
Judith Villamizar (Médica)
Ana María Nieto (Antropóloga)
Cecilia Chávez (Psicóloga)
Fernando Arellano Ortiz (Periodista)
Teresa Chávez (Abogada )
Jorge Rangel (Ingeniero civil)
Fanny de Raymond (Pianista)
Leonardo Rosero (Administrador de empresas)
Alejandro Cárdenas (Músico)
Sandra Milena Franco Patiño (Profesional en Desarrollo Familiar)
Oscar Arbeláez G. (Docente)
Nancy Cardona Gómez (Administradora de Empresas)
Fred Alberto Moreno Chávez (Ingeniero)
Luz Mary Gallego Mejía (Profesional en Desarrollo Familiar)
Luz Dinora Vega. Ingeniera ambientalista)
Emmanuel Rozental (Medico)
Monica Fernandez (Abogada)

Luis Fernandez-Castro Trabajador social)
Rafik Neme (Pintor/poeta)
Gloria Mercedes Escobar (Enfermera)
Lina Gutierrez (Profesora universitaria)
María Eugenia Martínez Delgado (Arquitecta)
Gustavo Fernandez V. (Documentalista)
Nathan Jaccard (Periodista)
Gabriel Ruiz A. (Director de NTC … )


Y cerca de 71 firmas más.
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Firmas recibidas en NTC ... hasta el 30 de Junio de 2009. 8:23 PM
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